Crónica: de El Sahugo a Robledillo de Gata

Llegamos a El Sahugo dentro del horario previsto. El personal del Bar Satur atendió con diligencia pues estaban avisados y había 3 personas sincronizadas para agilizar.

Salimos de un punto de la carretera de el Sahugo al Puerto de la Cruz Mohosa donde el bus pudo dar la vuelta pues el conductor prefirió rodear 50 km antes que bajar el puerto de Descargamaría.

La ruta discurrió sin mayores contratiempos, el clima acompañó. En el límite de provincia abandonamos la carretera asfaltada -que tiene un tráfico muy escaso- para rodear por el cortafuegos que separa Castilla y León de Extremadura y, a través de un cortafuegos secundario, empalamos con la pista que lleva hasta Malavao y Pierdralá, en las márgenes del extremeño río Mayas que vierte a la cuenca del Duero.

Atravesamos el rio por un puente que enlaza con la pista de la margen izquierda del rio y nos lleva siempre entre pinares al puerto de la Golosa, para descender a Robledillo por el viejo puerto empedrado -llamada sin fundamento calzada romana por los carteles de turismo- en zig zag bajo un tupido bosque de encinas, robles, castaños y abundante matorral. Comimos junto a dos pequeños estanques de recogida de aguas para riego de huertas y suministro del pueblo.

En un punto concreto el camino se corta por desprendimientos y nos vimos obligados a tomar la carretera durante unos 500 metros. Luego retomamos el viejo puerto y el compañero Juan Calvarro, natural de Cadalso y conocedor de la comarca nos realizó un personal visita guiada por el interesante caserío serrano de Robledillo de Gata, donde pudimos disfrutar de su arquitectura tradicional impecablemente rehabilitada como residencia de algunos y para alojamientos turísticos. Agradecemos a Juan el entusiasmo y la naturalidad con la que nos llevó a rincones, callejas y "callejinas" que muchas veces pasan desapercibidas al visitante.

Los guías agradecemos el comportamiento de los senderistas y su reconocimiento muestras de gratitud hacia nuestra labor, que para nosotros fue un placer.

Fotografías de Francisco Labrado (vídeo) y Ángel Sánchez (track y relive).