lunes, 10 de febrero de 2020

Crónica: ruta de las alquerías

Como cada domingo los senderistas nos arremolinamos entorno a la parada de la Avenida Mirat, impacientes de iniciar la jornada. Esta vez salimos 54.

Aunque sabemos que el viaje será pesado, con las charlas y las cabezaditas Pinofranqueado llegó ”enseguida” (y eso que no nos perdimos con la niebla; bueno, sí, nos perdimos, pero como siempre queda en anécdota).

En el restaurante tenían preparadas las mesas y rápidamente llegaron las jarras con la leche y el café acompañadas de una buena tostada. Además de tener la vista del puente entre la niebla.

Proseguimos camino hacia Aldehuela viendo cómo la niebla se disipaba y que al comenzar la ruta el sol nos iba acompañando por los verdes senderos, estrechas sendas, caminos entre tapias de piedra perfectamente cuidadas, los diversos puentes… siempre sin perder de vista el río (primero el de la Aldehuela y después Esperabán) y la abundante vegetación que lo acompasa.

En las alquerías de Aldehuela, Erías y Castillo apreciamos las calles estrechas, casas de piedra y techumbre de pizarra, fuentes, pequeñas iglesias… y algún que otro paisano o paisana, aparte de las nuevas construcciones que contrastan con las antiguas.

El refrigerio lo tuvimos en el Tesito de los Cuchillos, donde apreciamos los petroglifos (espadas, asterisco y huellas) así como una predispuesta cascada del Esperabán.

En cierto momento el camino se interna entre pinos, jaras, escobas, madroños... Es cuando nos alejamos del río en una subida que entretiene al grupo, ya con ganas de pararse a comer (iban siendo las 3 de la tarde) hasta un estanque “adornado” de colmenas. menos mal que el sol volvió a brillar haciendo la parada más agradable.

Seguimos por el mismo camino con las vistas en la parte izquierda del río: montes enfrente, fincas, la alquería de Robledo, meandros… Al pasar la zona de las antenas el camino empieza a descender hasta el río, que se ensancha, y que atravesaremos por el Puente de la Muela. Esa zona de descanso está recién remozada, pero las últimas lluvias han causado desperfectos en los cementados de la piscina natural, también ha arrancado de cuajo algunos árboles de la orilla. Una paisana nos comentó que menos mal que había sido por la noche porque podía haber habido desgracias personales, dada la fiereza del agua.

Enfilamos una pista cementada que nos lleva a Pinofranqueado, que atravesamos repartiéndonos por las diversas cafeterías y bares donde nos refrescamos y reponemos de la ruta.

Siempre es de agradecer el trabajo del conductor, Ángel, que salvando las diversas dificultades de las carreteras nos lleva… y siempre devuelve a Salamanca.



Fotografías de Sagrario Rollán, José Luis García (track) y José Mª Sánchez (track).

1 comentario:

  1. Una ruta magnífica, llena de colores, paisajes, paisanajes, Alquerías que sobreviven a los años, afortunadamente.
    Lo que más me gustó fue la alegría y el buen ambiente que se apreció en la parte final del autocar, buena gente sí señor, aunque algo desafinados. A ver si mejoran con la práctica.
    El conductor un crack, qué bien doblaba las esquinas.
    Felicidades por la ruta, Pedro y José Luis.
    Gracias.

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