Gracias a la formidable acogida que cosechó la salida que organizó Carmen y Javier, pudimos repetir la experiencia de bajar desde La Fregeneda al Duero, entre verdes praderas moteadas con el blanco de los almendros en flor. Volvimos a cruzar uno de los puentes, el del Alma de la línea La Fuente de San Esteban a Barca D’Alva, que poco a poco va recobrando el alma, el fin para el que fue diseñada, el servir para que los humanos nos creamos un poco aves y hacer realidad el sueño de poder ascender sobre arroyos y barrancos, entre uno de los paisajes más bellos de nuestra región.
Regresamos a la Ribeira de Mosteiro, y repetimos los pasos entre esa naturaleza rota y quebrada que nada tiene en común con la de su contorno.
Una vez más, la meteorología se puso de nuestra parte y pese a las amenazas, disfrutamos de un estupendo día para caminar.
Tan sólo echamos en falta las descripciones y comentarios de Javier en el viaje de autobús. Pero fue él quien continuó guiándonos.
Fotografías de
Eduardo Pérez y
Jesús Gil. Recorrido
de La Fregeneda a Vega Terrón y
de la Ribeira de Mosteiro.
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