Con una puntualidad que empieza a ser un punto fuerte en este grupo, a las 8 de la mañana salió el autobús, con una baja ya confirmada el día anterior y tres de última hora, hacía Montemayor del Río. Las previsiones meteorológicas al finalizar el sábado indicaban un día con más sol que nubes y sin ninguna probabilidad de lluvia, pero las predicciones eran muy cambiantes y el tiempo se transformó en nubes, algo de lluvia y sol prácticamente inexistente.
Nuestra hora prevista para el café eran las 9:30, pero a las 9:00 ya estábamos en el bar acordado junto al aparcamiento, donde quedaría el bus a lo largo del día, con lo que el trámite del café nos permitió empezar la ruta antes de lo previsto.
Salimos por el Puente de Piedra que cruza el Río Cuerpo de Hombre para tomar la empinada senda señalizada con los paneles del comienzo de la ruta y sus características, para ir ascendiendo más de forma suave posteriormente por la Cañada Real Soriana Occidental y de la Plata que, en este primer tramo el Sendero Interpretativo de las Setas tiene un total de siete paneles que desarrollan el tema micológico.
Este sector boscoso estaba totalmente vestido de otoño con numerosas hojas y los árboles de un precioso color amarillo, destacando los chopos en la lejanía y los castaños sobre los robles de un color más marrón. En varios puntos del camino nos detuvimos para contemplar castaños, algunos de gran porte, y también algún roble.
En continuo ascenso llegamos al pueblo de El Cerro y, tras callejear para evitar la carretera, fuimos ascendiendo por un bonito paseo hasta el Roble Herrero: árbol catalogado como Catedral Viva, con una edad estimada de 500 años, uno de los símbolos del pueblo.
En este paseo asfaltado se encuentra un panel informativo con vistas a los senderos micológicos de la sierra, desde donde hubiéramos podido contemplar el Pico Cervero, la Peña de Francia, Las Batuecas y el comienzo de la Sierra de Gata, pero las nubes nos lo impidieron.
Tras bordear el precioso entorno del cementerio, con algunos castaños de gran porte y un vallado catalogado como Parque de Setas, nos dirigimos hacia la zona recreativa Dehesa de Arriba, una preciosa pradera con un gran merendero y desde allí al mirador, uno de los más espectaculares y desconocidos de la provincia de Salamanca, entre otros nombres "Balcón de Extremadura", una atalaya en la que divisar el cacereño Valle del Ambroz y las sierras del sur de la provincia de Salamanca, que llegan a la misma raya con Portugal. Las nubes en este caso tampoco nos dejaron disfrutar de las maravillosas vistas, si del entorno más inmediato del mirador que es también muy bonito, y en la lejanía del Pantano de Gabriel y Galán.
Lo que si pudimos disfrutar fue de la compañía de nuestros compañeros que inicialmente plantearon la ruta que se acercaron para vernos, y posteriormente comer con nosotros en Montemayor del Río, lo cual nos hizo una especial ilusión.
Deshicimos el camino andado hasta llegar al merendero, donde en principio teníamos prevista la parada para comer, pero como era temprano y las nubes amenazaron lluvia decidimos establecer el punto para comer ya en Montemayor del Río, con la ruta terminada.
Retornamos a El Cerro pasando por la parte opuesta del pueblo por la que entramos, allí pudimos hacer una parada para contemplar unos antiguos lavaderos del pueblo que han sido magníficamente restaurados, pues conservan la estructura y la mayoría de sus elementos originales.
Pasado el pueblo de El Cerro, por la carretera antigua de entrada, recobramos de nuevo la bajada del sendero a Montemayor del Río por la parte opuesta a la que subimos, de nuevo con un entorno otoñal muy bonito plagado de castaños y abundantes hojas caídas. En esta parte se pudo recolectar castañas que estaban caídas por el suelo.
El punto más técnico de la ruta era la estrecha y empinada bajada a Montemayor del Río, pero a la vez la más bonita, pues el sendero estrecho y plagado de hojas y paredes con musgo ofrecía una bonita vista de otoño total.
Ya en Montemayor del Río se acordó dejar un par de horas para comer y pasear por el pueblo, estableciéndose la hora de salida del bus para las 5 de la tarde, con lo que tras este bonito paseo pudimos regresar aún de día a Salamanca, habiendo disfrutado de un bonito día otoñal y sin que nos cayera la lluvia que por momentos amenazó con materializarse.
Fotografías de Sara Pascual, Ángel Sánchez (track) y Francisco Labrado (vídeo).