lunes, 27 de junio de 2016

Crónica: Sanabria

En términos generales, podemos decir que la salida resultó bien. Asistió toda la gente prevista, se cumplieron los horarios, se realizaron las rutas programadas y alguna improvisada; la climatología acompañó, incluso fue óptima para caminar, quizás por el acuerdo adoptado en la mini asamblea previa de que para esas fechas sol y buen tiempo. En la parte menos positiva, lamentar los dos accidentes ocurridos el primer día y la pequeña venganza llevada a cabo por el moctezuma local cuando ya estábamos en casa.

PRIMER DÍA: Laguna y Cascadas de Sotillo

A la hora establecida, estando presentes todas las personas previstas, iniciamos el viaje, que transcurrió agradablemente y sin sobresaltos ya que no se nos atravesó ningún cérvido, algo frecuente en la N-631 como advierten las abundantes señales y puede comprobar cualquiera que pase por ella un par de veces. Siguiendo aguas arriba el curso del Tera, pudimos observar que se encuentra limitado por tres cadenas montañosas: al sur la Sierra de la Culebra que lo separa de la comarca zamorana de Aliste, al oeste la Segundera frontera con Galicia y al norte la de Cabrera límite con León, quedando el valle abierto hacia el este uniéndose con la vega de Benavente y Tierra del Pan.

Tras la parada en El Puente, hace tiempo famoso por su mercado, para acabar de despertar y coger fuerzas para la jornada (el desayuno ya era sólo un recuerdo) nos trasladamos por una estrecha y umbría carretera hasta Sotillo de Sanabria (1.050 metros) punto de inicio de nuestra primera ruta. Una vez colocado el autocar, con la colaboración de los vecinos, comenzamos a caminar por un agradable sendero a la sombra de abundantes árboles, inicialmente, para ir calentando, en suave ascenso. Pronto pudimos comprobar que estos caminos de la montaña sanabresa no se sabe si son caminos que en invierno se inundan o regatos que en verano se secan. A la altura de la desviación hacia la cascada, la pendiente se hace más pronunciada hasta llegar al valle del Río Pingón. En la zona de Altobarsia (1.500 metros aprox.) optamos por parar, tomar un piscolabis y disfrutar, por primera vez en estos días, de la exuberancia de blancos y morados de los brezos entremezclados con los amarillos de las escobas. Tras una pequeña subida más, comenzamos a ver el muro de contención de la Laguna de Sotillo, recorridos sus bordes casi hasta el fondo y aunque era temprano, el conjunto de las y los asistentes decidimos que era buen sitio para disfrutar y comer.

Tras la subida, primer descanso
En la Laguna de Sotillo

Tras una breve “sobremesa” iniciamos, distribuidos en dos grupos, la vuelta y descenso hacia las cascadas, que, como estaba anunciado, probablemente de los tres días haya sido el tramo más complicado.

Las cascadas
Ir en dos grupos permitió disfrutar, sin apreturas, las impresionantes cascadas del Río Pingón. Concluido el entretenido descenso, sólo restaba un agradable paseo junto al Río Truchas hasta llegar al gran castaño de Sotillo.

Complicada bajada

Parada para recuperar sales y conversar sobre la elasticidad del espacio, ¿cuánto habíamos caminado 12, 15 o 20 kilómetros?. Para sorpresa de muchas los GPS sólo daban 15 kilómetros y 609 metros de desnivel ¡sin acumular!.
Habiéndose cumplido el horario previsto hubo tiempo para parar en la Casa del Parque, donde recibimos unas didácticas explicaciones, que a pesar del calor escuchamos con atención, sobre la geomorfología, fauna (náyades, truchas, nutrias, etc), flora, lengua y sociedad comunal (hoy día desaparecidas ambas) sanabresas. También pudimos hacer un breve recorrido por el recordatorio de la tragedia de Ribadelago el 9 de enero de 1959.
Tras la distribución del alojamiento y animada cena concluyó la larga primera jornada.

SEGUNDO DÍA: Laguna de Lacillo

A buena hora y con perspectivas de buen tiempo nos trasladamos a la Laguna de los Peces. En la subida pudimos disfrutar, alternativamente, de espléndidas vistas del Lago de Sanabria. Desde el aparcamiento comenzamos a caminar para, tras algo más de una hora de ascenso, alcanzar el punto más alto de la jornada en la zona de La Cuchilla (1.910 metros), allí donde la senda se une al GR-84 y desde donde se atisban dos de las principales cumbres de Sanabria. Un poco más adelante, ya iniciado el descenso, podemos observar espectaculares vistas: de frente, el valle glaciar de la cabecera del Tera con Peña Trevinca al fondo (2.127 metros), al oeste Las Tres Marías y El Moncalvo (2.044 metros) en cuya base se entrevé la Laguna de Lacillo y hacia el suroeste la parte alta del Cañón del Tera. Continuamos descendiendo por el GR, vadeamos el Arroyo de Riopedro, sin dificultad gracias al apoyo mutuo, pasamos el refugio del mismo nombre y continuamos descendiendo hasta el Tera, parando junto al puente de madera para disfrutar de las vistas y recuperar fuerzas. Seguimos el río aguas abajo, pasando junto a la presa de Vega del Conde y ascendemos a la Laguna de Lacillo donde nos espera un concierto de ranas ambientando un grandioso paisaje. Buen sitio para comer y descansar.

Alto valle del Tera y Peña Trevinca
El Moncalvo y Laguna Lacillo
Iniciamos el regreso bajando hasta el Tera y tras vadearlo sólo restaba subir, subir, subir hasta llegar a la Laguna Ventosa, divisamos el parking y en apenas 40 minutos de descenso concluimos la segunda ruta.
Un rato de relax, cena, ronda y a dormir.

TERCER DÍA: Cañón del Forcadura, Laguna de los Peces y Laguna de las Yeguas


Dado que había que dejar el equipaje recogido, la tercera y última ruta no se inició hasta las 9 de la mañana, desde la misma puerta del alojamiento en Galende. Aunque la ruta no se preveía de especial dificultad, salvo un pequeño descenso al final, la ruta era prácticamente toda de ascenso (de los 940 metros del inicio hasta los 1.815), las rutas de los días anteriores habían hecho su efecto y algunas personas optaron por no iniciarla.


Comenzamos atravesando el Tera ¡cómo no! esta vez por un puente, para incorporarnos al GR-84 y empezar a ascender a la agradable sombra de frondosos bosques. Pronto volvió a surgir la duda ¿caminos o regatos?. Atravesado Pedrazales continuamos en suave ascenso hasta llegar a Vigo de Sanabria, localidad ubicada a lo largo del Río Forcadura.


Sobrepasado el pueblo, o se continúa hasta el final o hay que volver atrás. Ante esta tesitura, un grupito optó por desviarse a San Martín de Castañeda para descender luego hasta el Lago, el resto (los 29 de la fama) continuamos el ascenso del Cañón del Forcadura hasta atravesar el río por una losa de piedra, tras lo cual el cañón deja de ser tal, abriéndose poco a poco hasta transformarse en un valle glacial, zona de pastos, donde se unen el Río Fueyo que nace en la Laguna de los Peces, con el Forcadura procedente de la de las Yeguas, esta zona tiene un tramo suave que permite recuperar fuerzas para afrontar el último repecho, en cuya cima en el borde de la laguna de los Peces nos esperaba un fuerte viento que nos obligó a buscar una brigada para que no se nos volaran los bocadillos. Breve sobremesa y a por la última laguna, paseíto y vuelta (según el GPS 19 kilómetros y 1.400 metros de desnivel acumulado, que no nos acabamos de creer) para llegar a esperar al autocar y comenzar el regreso a casa.

Oleaje en la Laguna de los Peces
Sobremesa a la brigada

Agradecimientos a Elena y Carmen por su ayuda en las previas, hubieran podido hacer de guías tan bien o mejor que nosotros; a todas y todos los participantes por su espíritu colaborador, a todas las personas que valorando sus fuerzas supieron renunciar a alguna ruta, a Javier y Mª José que nos han apoyado esperando y animando a los/as rezagados/as y a Charo por los primeros auxilios prestados a las dos personas accidentadas.
Deseamos que los accidentados estén ya completamente restablecidos y que a todas y todos os haya sido grato y guardéis un buen recuerdo.