lunes, 30 de mayo de 2016

Crónica: Camino de las Cinco Lagunas

La apuesta de Edurne y Pilar, por la Laguna de Majalaescoba, resultó un éxito. Y decimos apuesta porque al realizar la previa parecía que no iba a dar tiempo a hacerla y cumplir los horarios del bus.
Pocos de los senderistas asistentes la conocían, excepto esos que han pateado cada rincón de Gredos y se conocen el nombre cada pico, monte, montículo…

Un senderista decía que, en las indicaciones previas de la marcha, estaban invertidos los datos de kilómetros de senda y de piedras. Casi recurrimos a internet para distinguir: senda con piedras de camino por piedras. Es verdad que había muchas piedras y de todos los tamaños…


El tiempo atmosférico, como no podía ser menos, nos respetó e hizo un día maravilloso con un vientecillo que ayudó a hacer el camino más llevadero y menos sudoroso.


Las Gargantas estaban cristalinas y corrían sin freno, la Cascada de La Galana impresionante y la laguna aunque pequeña es un espejo en el que se miran las montañas de Gredos.



Realizamos el recorrido en un tiempo récord y bastante inferior al estimado por las proponentes lo que nos permitió disfrutar de esa cañita final que junto con el cafelito de primera hora y el camino hacen que el domingo sea un día especial.
Hubo un pequeño accidente-incidente, una senderista se hizo un esguince al iniciar la bajada desde la laguna y muy valiente ella aguantó el tirón hasta que ya en los últimos kilómetros fue rescatada por un agente de la Guardia Civil - Seprona que estaba trabajando por la zona y no dudó en dejar su tarea e ir a rescatar a la accidentada. Damos las gracias a los agentes del Seprona por su colaboración y amabilidad.
Esperamos que el esguince fuera del menor grado y cuando salga esto a la luz estés recuperada y en forma para acudir a Sanabria.
Gracias a todos los asistentes que hicieron que el día fuera muy gratificante…
No podemos terminar sin proponer que la Laguna Grande se pospone para próxima temporada, en junio o septiembre.





Fotografías de Alberto Hernández.

lunes, 16 de mayo de 2016

Crónica: el Canal de Castilla y la Laguna de la Nava

Se cumplían las previsiones y salimos con lluvia de Salamanca a las 8 de la mañana. De los 55 senderistas inicialmente apuntados, sólo 44 apostaron por lo que luego sería una feliz realidad y una jornada soleada.
A eso de las 10:15 llegábamos al pueblo palentino de Castromocho, punto de partida de nuestro recorrido.
Tomamos café en el Bar El Sindicato, interesante edificio de principios del siglo XX que fue sede de la Cooperativa Católica Agrícola.
Desde allí nos dirigimos hacia la iglesia de Santa María de Colaña que aloja la imagen de la Patrona del lugar, Ntra. Sra. Reina de los Ángeles. Allí nos esperaba Mary, sacristana y guía voluntaria que después, nos acompañaría hasta la otra iglesia del pueblo, San Esteban, con una sola nave enorme y dos fachadas platerescas y también un primer órgano ibérico del s. XVIII, de la escuela de Tadeo Ortega.
Germán, el organista de Capillas, que se ha acercado con Pedro, otro de los organistas aficionados de la zona, éste último de Abarca, nos deleitan con algunas piezas musicales.
Al salir de San Esteban, recuperamos el autobús y nos acercamos hasta Villarramiel, para coger la antigua carretera nacional hasta el puente del Membrillar y el Canal de Castilla. El camino inicialmente propuesto desde Castromocho era impracticable con las últimas lluvias.
Así pues, iniciamos la marcha, aún bajo la lluvia, en Villarramiel, pero ya a la altura del Canal, unos tres kilómetros más tarde, comenzó a despejarse el día. Hacemos las primeras fotos desde el Puente Membrillar.
Continuamos por la margen (sirga) derecha del canal, atravesamos pocos metros después la carretera N-610 y seguimos la ruta.




Allí estaban, a nuestro lado, las llamadas Charcas del Cruce (“De abril a junio, durante del periodo reproductor, las formaciones riparias acogen varias decenas de especies de aves insectívoras que utilizan el refugio y alimentación que proporcionan estos bosques lineales”) rodeadas por un verdadero tapiz de flores de diversos colores.
En Abarca nos recibe la esclusa nº 1 del Ramal de Campos y el voluminoso edificio de La Fábrica de Harinas que luego fue Museo de Arte Contemporáneo. Y unos cientos de metros más allá, la Iglesia de San Sebastián con su exquisita torre mudéjar y otro órgano ibérico que tenemos la fortuna de poder escuchar, como el de Castromocho y también, de admirar por completo su estructura. No podemos olvidar que Abarca es la sede de la Fundación Francis Chapelet que se ocupa de la rehabilitación de los órganos de Tierra de Campos.
Luego, nos acercamos hasta un salón con calefacción y servicio que nos ha habilitado Miguel, el Alcalde, en una zona ajardinada y junto a la torre del carrillón de las horas, en el centro del pueblo. Y de camino, pasamos por delante del Palacio de los Osorio y de algunas sobresalientes estructuras de ladrillo y adobe en las casas del pueblo.
Después de comer, retomamos el camino del canal, aunque ahora por la margen (sirga) izquierda, pasamos junto a la Laguna de Abarca y atravesamos el puente de tres ojos, “El Acueducto”, sobre el río Valdejinate.
Y de allí, entre trincheras adornadas de flores en los taludes y que contienen por arriba el “mar de cereales de la Tierra de Campos”, entre cañaverales y frondosos árboles de ribera, nos acercamos a Fuentes de Nava y su aún más airosa torre de San Pedro.
Pasamos por delante de la recientemente rehabilitada Iglesia de Santa María y por el Centro de Interpretación de la Laguna de la Nava para acercarnos a la Iglesia de San Pedro y su torre de 55 metros, “La estrella de Campos”. Me acerco a buscar a la Sra. Pilar para que nos abra la puerta y llega Carmelo, el organista de Fuentes, que nos la explica y también hace luego sus pinitos como organista con Germán el de Capillas, que ha vuelto a juntarse con nosotros.


Tras el consabido refresco del final de la ruta en los bares del pueblo, nos recoge el autobús en la histórica Plaza de Calvo Sotelo y nos acerca por la carretera de Mazariegos hasta los accesos al Observatorio de la Colada de Correpalencia. Caminamos unos ochocientos metros y disfrutamos de las espléndidas vistas que tiene la laguna desde este observatorio privilegiado: fochas, espátulas, garzas…
Regresamos a la zona de aparcamiento, subimos al autobús y damos por concluida una jornada que ha conseguido aunar las ansias de caminar con la sorpresa que proporciona el paisaje característico de la Tierra de Campos en esta época del año, sus construcciones de ladrillo y adobe, la esbeltez de las torres de sus iglesias, la estructura del Canal de Castilla y su función histórica (las esclusas y las harineras), la conservación de los órganos ibéricos tan especialmente bien representados en las iglesias de esta zona, así como el interés por difundir sus potencialidades musicales y la importancia de los humedales de la zona, entre los que destaca por su extensión la Laguna de la Nava, para la supervivencia y observación de numerosas aves.
Javier H. Mercedes.


Fotografías de Javier Hernández.

lunes, 9 de mayo de 2016

Sierra de Gredos: Camino de las Cinco Lagunas

22 de mayo de 2016.
Salida de Salamanca: a las 08:00 horas, desde la Plaza de Gabriel y Galán.
Regreso hacia Salamanca: a las 20:30 horas, desde Navalperal de Tormes.
Llegada a Salamanca: a las 22:00 horas (aproximadamente), a la Plaza de Gabriel y Galán.

FICHA TÉCNICA
Distancia: 20 kilómetros por senda y 4 kilómetros por piedras.
Duración: 9 o 10 horas.
Tipo de ruta: de ida y vuelta.
Desnivel: 800 metros (aprox.)
Dificultad: media - alta.
Recorrido Sendero PR-AV 35: Navalperal de Tormes - Puente de las Cadenas - Puente de las Ranas - Puente de las Tenadas - Las Juntas - Refugio de la Barranca - Cascada de la Galana - Laguna de Majalaescoba.

DESCRIPCIÓN
Esta marcha sustituye a la salida programada a la Laguna Grande por el exceso de nieve acumulado en Gredos que no nos permite realizar sin mucho riesgo la inicialmente propuesta.
La laguna que vamos a visitar está situada en la ruta que lleva a las cinco lagunas conocida por todos como una de las rutas más difíciles de Gredos, después de la subida al Almanzor.
Nuestra ruta comienza en Navalperal de Tormes a la entrada del pueblo, junto a la cruz. Atravesamos el pueblo para dirigirnos  al Río Tormes hacia el paraje conocido como "Puente de las Cadenas" en esta zona hay una fuente con agua natural y un cartel indicativo sobre la "Ruta de Cinco Lagunas". Cruzamos el puente y tomamos la senda de la derecha que en ligero ascenso nos conduce a unas construcciones de uso ganadero, continuamos por la senda en ligero descenso y cogeremos el primer desvío hacia la derecha para cruzar la Garganta de Gredos por el Puente de las Ranas.
Seguiremos ascendiendo por la senda hasta cruzar el Puente de las Tenadas y tras cruzarlo encontramos una bifurcación señalada con carteles. El camino de la izquierda lleva a la Laguna Grande, nosotros tomaremos el de la derecha que indica hacia las Cinco Lagunas, por ser este el destino principal de esta ruta.
A este paraje se le conoce con el nombre de El Soto o, según otros, Las Juntas porque aquí coinciden la Garganta de Gredos y la Garganta del Pinar.
A partir de aquí vamos a seguir la Garganta del Pinar, sintiendo el arroyo a nuestra derecha, hasta llegar al Prado de las Vegas en el que se encuentra el Refugio de la Barranca, tiene capacidad para 8 personas y está muy cuidado, dispone de enseres para pernoctar.
Desde el Puente de las Tenadas hasta el Chozo o Refugio de la Barranca hemos salvado 300 metros de desnivel en 3 kilómetros. Al llegar al Chozo de la Barranca habremos recorrido 8,5 kilómetros.
El recorrido hasta el Chozo ha sido relativamente fácil, a partir de aquí es un poco duro, por eso repondremos fuerzas antes de empezar el ascenso.
De aquí a la Laguna de Majalaescoba salvaremos más de 100 metros de desnivel en 1,5 kilómetros subiendo por piedras de diferentes tamaños, donde siempre hay hitos marcando la ruta. ATENCIÓN: si hubiera llovido hay que extremar la precaución para no resbalar.
Seguimos el sendero que continúa por detrás del refugio siguiendo unos pequeños hitos que marcan el camino hacia nuestro objetivo.
Este tramo es el más bonito de la ruta, las pozas de agua cristalina típicas de Gredos y los saltos de agua de la Garganta del Pinar son impresionantes. Destaca la Cascada de la Galana que es paso previo a la Laguna de Majalaescoba y tal vez lo más espectacular de la Garganta del Pinar.
Este tramo, si hay mucha humedad es peligroso por los posibles resbalones, pero la belleza del paisaje compensa el riesgo. No obstante se recomienda máxima precaución y mínimo riesgo, una cosa es intentar subir y otra arriesgar al máximo.
Y por fin nuestro objetivo: La Laguna de Majalaescoba. No es muy grande y tiene poca profundidad pero sus aguas son tan  cristalinas que invitan a un baño que solo es posible si lleváis el traje de neopreno. Por otro lado no tendremos mucho tiempo pues hay que comer y desandar el camino.
El regreso se hace por la misma senda y al llegar a Navalperal de Tormes nos espera un reconstituyente en el bar del pueblo o en el quiosco del río, pero a las 20:30 como muy tarde tendremos que iniciar el viaje de regreso a Salamanca.
Fauna de la zona: observaremos manadas de cabras de Gredos, que pastan o reposan tranquilamente y no se alteran ante la presencia de seres humanos, lagartijas e insectos varios y variados.
Vegetación de la zona: la vegetación es variada, predomina el bosque de ribera y en las zonas más altas son abundantes los piornos y escobas.

NOTAS
  • Los tiempos y distancias son aproximados.
  • Recordamos que se trata de un recorrido largo (9 ó 10 horas)
  • Los horarios propuestos (a excepción de la hora de salida de Salamanca) son estimativos y pueden variar, en algunos casos, a juicio de los organizadores, según las condiciones meteorológicas, la experiencia y forma física de los participantes o algún otro imprevisto.
EQUIPACIÓN
  • Llevar comida y agua. Las aguas potables de la zona son pobres en sales minerales por eso se recomienda llevar pastillas de sales o bebida energética.
  • Ropa: atención a las previsiones meteorológicas. Si hace frío se recomienda ir abrigaditos. Si hace sol y dado que no hay sombra en el camino, se recomienda gorro/sombrero y cremas de alta protección.
  • Calzado: botas de montaña.
  • Bastones: absolutamente recomendables.
  • Botiquín personal con crema solar de alta protección.
  • Recipiente para guardar residuos, incluso los biodegradables. ¡No dejemos residuos en el monte!.
RECORDATORIO
  • El Club Deportivo "¡Anda ya! Salamanca" y las personas que han propuesto esta actividad declinan toda responsabilidad derivada de daños personales que pudieran producirse durante el desarrollo de la misma.
  • Todos/as los/as interesados/as, por el hecho de inscribirse, conocen y asumen la normativa que regula esta actividad.
PARTICIPACIÓN
  • De esta actividad podéis participar quienes os preinscribáis e inscribáis en los plazos establecidos.
  • Para participar es recomendable estar federado/a (asegurado/a). Las personas interesadas pueden encontrar más información en nuestro weblog.
  • Las personas interesadas en participar que anteriormente no hayan facilitado su nombre, apellidos, e-correo y NIE (DNI con letra) y aceptado la cesión de estos datos a la compañía aseguradora con la cual "¡Anda ya! Salamanca" tiene suscrito un Seguro de Responsabilidad Civil, deberán hacerlo en el momento de preinscribirse o su solicitud no será tenida en cuenta.
ACTIVIDAD
  • El Club Deportivo "¡Anda ya! Salamanca" organiza esta actividad de la cual no obtiene beneficio económico. Únicamente tiene un coste de 12 euros para socios/as en concepto de desplazamiento.

lunes, 2 de mayo de 2016

Crónica: de Llano Alto a Candelario

17 de abril de 2016. Domingo.
Con algunas bajas respecto de la lista inicial, a las 8:35 partimos de la Plaza de Gabriel y Galán hacia Béjar. La semana había estado pasada por agua y aunque las previsiones no daban lluvia no las teníamos todas consigo. En una hora y poco estábamos tomando café en la cafetería de la estación de autobuses de Béjar. Luego, subimos a Llano Alto, donde comenzó la excursión.
Con un ojo en las nubes y otro en el camino nos dirigimos al embalse de Béjar. Cruzada la presa y después de un breve tramo asfaltado nos metimos por la pista paralela al canal que surte de agua al embalse desde el azud del río Cuerpo de Hombre. Y allí la sorpresa (relativa) de que no se podía vadear el río. Las abundantes lluvias caídas durante los días anteriores pasaban factura. Hubo que desandar lo andado para regresar a la carretera y, por ella, bajar a la entrada de la Dehesa de Candelario. Pequeña parada con refrigerio y replanteamiento de la ruta. Si el paso por el azud era imposible era de prever que los pasos del río por la Maliza y Hoya el Tiñero fuesen también inviables. Solución: cambio de ruta. Y eso hicimos.
Desde la Dehesa, siguiendo el camino de la Jarilla nos fuimos a Candelario. Abundante agua en todo el camino. Menos mal que el tiempo aguantaba. Ideal para caminar. Llegamos a Candelario casi al mismo tiempo que la vuelta ciclista, que daba animación al pueblo. Allí estaba ya el autobús atrapado por la parafernalia biciclista. Aviso al conductor del cambio de planes y continuamos por el camino de la Canaleja hasta llegar a los Pinos de Béjar.
Más agua en el camino. Comenzaba a achuchar el estómago. A las 14:45 llegábamos a la Fuente de la Hoja, estupendo paraje con mesas de granito, donde rebajamos el peso de las mochilas y aumentamos el propio. Calmada el ansia estomacal y repuestas las fuerzas, mochilas al hombro y reanudamos la marcha. Eran aproximadamente las tres y media.
En un corto tramo llegamos a Palomares para proseguir camino hacia Valdesangil, una pedanía de Béjar. Aquí tomamos la denominada “ruta de las Pedanías” hasta llegar al depósito de agua desde donde se puede contemplar una de las mejores vistas de la sierra de Béjar. Siguiendo la pista de tierra y tomando un desvío a la izquierda llegamos a la carretera Béjar-Fuentebuena. Un trocito por asfalto hasta alcanzar la carretera Béjar-Ciudad Rodrigo en el Ventorro de Pelayo, desde donde se puede contemplar una interesante vista de Béjar y de su pasado industrial.
Bajamos por una escalera cementada hasta alcanzar la vía por la que, una vez pasado el túnel (por cierto, con las luces apagadas, por lo que hubo que tirar de móviles y linternas), accedimos a la estación, donde nos esperaban unas cañitas y el autobús.
Eran las seis y cuarto y llevábamos recorridos 26,7 km, distancia suficiente para haber disfrutado de la primavera y de la compañía. Y ni una gota. Y para que así conste, firmamos la presente crónica en Salamanca a 18 de abril de 2016. Carmen y Santi.



Y, por supuesto, el Cascanueces queda pendiente para la próxima temporada (eso sí, en otoño).

Fotografías de José Luis GarcíaPedro Martín.