jueves, 12 de febrero de 2015

Crónica: de Guijo de Ávila a Nava de Béjar

Aunque todas las previsiones meteorológicas para el domingo indicaban un día soleado, nada de lluvia ni de nieve, tuvimos una compañera inseparable durante buena parte de la mañana: la niebla.

Nuestra mañana empezó en Guijo de Ávila después de reponer fuerzas en Guijuelo. A pesar de la niebla pudimos ver el Pantano de Santa Teresa. Comenzamos nuestra ruta desde la iglesia y nos dirigimos a La Cabeza de Béjar. La temperatura era heladora, la niebla nos impedía ver bien el bosque, pero abrigados y con el andar ligero que llevábamos el frío se notaba menos.


La escarcha sobre las copas de las encinas y demás vegetación nos ofrecía un hermoso paisaje nevado. Sin embargo, queríamos sol y éste se resistía a salir.

Recorrimos el término municipal de La Cabeza de Béjar, dejando el pueblo a nuestra izquierda, para visitar las tumbas antropomorfas.

Nos despedimos de La Cabeza en las pozas de Fuente Bermeja para pasar al término de Nava de Béjar.

Atravesando el Camino Real las charcas estaban heladas, pero el cielo se iba despejando poco a poco.

Seguidamente nos acercamos a ver unos antiguos lavaderos, situados en "El Arroyo", que utilizaban las vecinas en el verano debido a su frescor y a que no se secaban.

Dejamos "El Arroyo" y nos dirigirnos a "Los Hermanitos". Por el camino pudimos ver como colgaban los chuzos de algunas rocas.



La subida a "Los Hermanitos" fue lo más dificultoso de toda la ruta, pero mereció la pena por las vistas que hay desde allí. Quedaban restos de nieve, las rocas estaban transitables y todo el que quiso pudo subir al Hermanito Pequeño para observar el paisaje que teníamos a nuestro alrededor.

Pudimos observar: que todas las sierras estaban muy nevadas (La Sierra de Béjar, La Sierra del Barco, Gredos), que nuestros pueblos permanecen a pesar de la despoblación (Sanchotello, San Medel, Sorihuela, Ledrada...) y en la lejanía, el pantano de Santa Teresa.

Allí comimos y cuando el viento empezaba a soplar y las manos se quedaban heladas decidimos bajar y continuar nuestra ruta.



Bajamos por Las Suertes y por las Víboras hasta que, en el valle, nos topamos con la antigua Vía de la Plata, cerrada al tráfico ferroviario en la primavera de 1983. Tras contemplar el estado en que se encuentra reanudamos la marcha pensando en el cafetito que nos ayudaría a entrar en calor.

Nos plantamos en un plis-plas en la Plaza Mayor de Nava de Béjar donde nos esperaba el Bar Los Álamos, para quitarnos el frío y reponer fuerzas.

Fotografías de Alberto Hernández y Francisco Labrado.

1 comentario:

  1. La parte más oriental de Salamanca. bosques, bloques de granito y hielo. Intenso frío para una ruta bellísima.. Un recorrido que los guías conocían como la palma de la mano. Nava de Béjar con sus imponentes casonas de los siglos XVIII y XIX, todo un descubrimiento. Muchas gracias a los guías

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