jueves, 27 de noviembre de 2014

Crónica: el Valle del Corneja

A pesar de haber encargado una hermosa mañana de sol, tuvimos que conformarnos con empezar el día “caminando bajo la lluvia” y sin poder disfrutar de las magníficas vistas sobre el valle del Corneja que ofrece el Castillo de los Moros, en el Mirón, encaramado en su atalaya de granito desde la que se domina todo el valle, encajado entre las sierras de Ávila y Villafranca.



Tras reponer fuerzas en Piedrahíta iniciamos el paseo hasta Bonilla de la Sierra, ya sin lluvia y con una temperatura agradable. Las recientes lluvias nos complicaron el paso por algunas zonas del camino que estaban inundadas. Disfrutamos durante todo el recorrido del colorido otoñal de prados y fresnedas, robles y encinas.

De la mano de Carlos, un lugareño de 13 años que se ofreció a enseñarnos la villa, conocimos la historia de Bonilla de la Sierra y visitamos los vestigios que aún quedan de su pasado histórico-artístico. Nos asombró con sus conocimientos de historia y arte y con su seriedad de casi adulto, enamorado de su pueblo y deseoso de  mostrar a todos los que llegan lo que a él tanto le gusta: la Colegiata gótica, los restos de murallas y castillo, el misterioso pozo de Santa Bárbara, fuente de leyendas y misterios, etc.






Para terminar la jornada volvimos a Piedrahíta y visitamos su iglesia-castillo y nos acercamos a contemplar los exteriores del Palacio de los Duques de Alba, hoy escuela pública.

Fotografías de Alberto Hernández y Alfredo Domínguez.

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