Sin darnos cuenta, acabamos de alcanzar un nuevo hito en la corta historia de nuestro grupo: realizar una ascensión con nieve, y nada menos que al Morezón, con sus 2389 metros.
La imagen tópica que tenemos de la Laguna Grande, es la que obtenemos ascendiendo por Los Barrerones y soportando el verdadero circo en el que se convierte con el trasiego de cientos de senderistas.
El Morezón es más bien un palco; más reservado; más tranquilo, donde podemos mirarle a los ojos al ábside de pináculos que forman las cumbres que rodean la gran laguna.
Volviendo al domingo y para desasosiego de los guías, las previsiones meteorológicas resultaban poco halagüeñas; nos advertían de la indudable aparición de tormentas y todo lo que conlleva. Porque si hay algo que espante a los conocedores de la montaña, son sus descargas eléctricas. Por ello se decidió cambiar el sentido de la ruta y atacar frontalmente el objetivo del día: el Morezón con sus vistas. Pero las previsiones no se cumplieron y disfrutamos de un estupendo día para caminar. Con lo que una vez que nos contaron quién era el asesino, la película perdió parte de su emoción... Es cierto que cuando se preparan ciertas rutas, gusta dejar una sorpresa o incluso lo más llamativo para el tramo final, y así mantener una tensión y anhelar una meta que conseguir.
Fotografías de Eduardo Pérez (vídeo Google+ y vídeo en dropbox), Alberto Hernández, Javier Hernández y Vicente Martín. Recorrido.
¡Qué gusto volver a disfrutar de lo que vimos el domingo. Gracias a los fotógrafos por compartir vuestra mirada.
ResponderEliminarCarmen